Anoche me pegué en un stream donde había un invitado que se puso a revisar catálogos de tienda. Sí, hay tiempo para eso. El tipo es un cachurero, pero en el buen sentido de la palabra. Colecciona, entre otras cosas, tazos, álbumes (incluso los más actuales y hasta las parodias de álbumes como el del Cesarito) y catálogos de tiendas. Y me quedé pegado porque, cuando estudiaba en el centro, el paseo típico (cuando salíamos temprano o el profe se enfermaba) era ir a pasear al Paseo Ahumada o a San Diego. Y eso incluía entrar a las tiendas a lo que soberanamente es mirar y no comprar nada (básicamente porque, de presupuesto de escolar, no se espera mucho) pero sí a sacar catálogos. Esos catálogos que tenían mil cosas para soñar y yo sin un peso para comprar. Catálogo noventoso que editara La Polar, Falabella, Ripley y hasta Michaely, yo lo tenía. Y en eso se van a los juguetes. Y, aunque ya estaba bien viejo para querer juguetes, me recordó uno de los pocos juguetes que he comprado alguna vez con mi plata en decadas. Una figura de Rex, el dinosaurio de Toy Story.
La razón de la compra era que tenía que llegar con regalos a una Navidad a la que me había invitado un colega del trabajo que sabía que, por cachipún, tikitipum o fuá motivo, ese año mi Navidad la iba a pasar solo. Y lo que me habían contado del peque de la familia era que le gustaban los dinosaurios. Lo que no me habían dicho, o que no me lo dejaron claro, era que le gustaban en serio los dinosaurios. O sea, el cabro chico tenía libros de dinosaurios y les sabía los nombres, donde fueron descubiertos, sus características, la era en la que vivieron... todo. Ya, la vendí no más, pensé.
Me hubiera dejado al Rex pa' mí. Es que no podís no amarlo. Te puede caer como patá en la guata Disney, podís rechazar la onda woke y la falta de alma de sus live action, te puede desilusionar alguna época de Pixar, pero no puedes no amar a Rex (y no odiar al carbonero del cabeza de papa).
¿Ya dije que muchas veces la gente se distancia? No me volvieron a invitar a nada y no sé si todo mundo se acuerda de cosas bonitas cuando miran pa' acá.
La última vez que compré DVD y Blu-Ray por Internet, me llegaron como bonus tres DVD que no había pedido. Ya están en plan "lléveselo" con algunos formatos físicos y es una pena. Dos de esos DVD eran live actions de Disney. Pa' la colección. Algún día quizá sean de culto. No preguntemos cuándo.
0 comments:
Publicar un comentario