martes, 27 de febrero de 2024

Publicado en febrero 27, 2024 por admin con 0 comentarios

¿Y su curso de locución?

Siempre que uno pasa por una crisis, o cuando a uno lo descarrilan de su propia vida (como ahora, en mi caso), aparece la idea de pulir algo de uno. Lo que sea. Alguna vez saltó lo de la vida espiritual y me metí a la pastoral universitaria (que terminó muy mal). Alguna otra vez me atacó como pasatiempo el querer seguirle los pasos a mi tata y terminé entrando a un taller (ni siquiera un curso, un taller) de fotografía, que también, lo medio-olvidé. Era un taller que prometía incentivarnos a abandonar el modo automático y abrazar con entusiasmo inaudito el modo manual de la cámara, ese bulto caro y delicado que, de plano y por lo mismo, ya no llevo a los viajes.

Pero esto… esto de verdad que lo voy a usar: un curso de locución.

Ya me aburrí de la voz del bot de TikTok y su tonito monótono y pelotudo que usan todos y que me negué siempre a usar, aunque las grandes compañías lo usan sin medida en sus redes sociales porque es actual y trendy. Qué. Asco.

Ya me aburrí de no tener técnica y, por eso mismo, tener que repetir hasta 5 o 10 veces las frases cuando grabo el podcast porque me salen mal. Es que hay días en que, de verdad, me sale horrible. Al nivel de dejar todo tirado y seguir otro día.

Una solución intermedia sería dejarle las cosas más importantes (como las intros y algún otro apoyo) a alguien profesional que haga bien la pega. No sé, buscar a algún locutor de verdad que haga frases por encargo. Pero eso es caro y el Preto no es monetizado (ni lo será jamás), así que no. Lo otro sería recurrir a las colaboraciones para crear cosas para el Preto y muy probablemente alguien se tentaría. Pero, luego de pensarlo mil millones coma cinco veces, decidí que no. O, más precisamente, que mejor que no. La razón es simple: la gente se distancia, se pelea (aunque de entrada sean un amor) y, lo peor, dejas de depender de tus propios horarios. Y en lo que se va en discusiones y WhatsApp tratando de ponerse de acuerdo para una pega cacho que no le va a significar ganar una chaucha a nadie… de nuevo, mejor que no.

Así que lo que va quedando es buscar cursito de locución. O, sinceremos mejor la intención: curso de locución. Pero esto no me suena tan simple. He sabido que el foco de varios de esos cursos o talleres, por lo que se comenta, a la postre termina siendo imitar el estilo de alguna voz de moda (lo que menos quiero), o más incómodo, que el que me esté enseñando no quiera trabajar conmigo porque no tengo las pretensiones que espera. Hay historias de locutores famosos que cuentan eso.

Y sí, me gustaría pulir la voz, que en todo caso, es algo básico. Que mientras esta preparación me haga ganar herramientas que me sirvan en las redes sociales, también me ayude en la pega por la que me pagan, a hablar en público y esas cosas. Pero con un estilo personal y natural, no forzado ni demasiado impostado o acartonado y sin aspirar a ser el próximo Señor Manguera (por favor, eso jamás). Es, simplemente, lograr aprender técnicas para que, sencillamente, lo que grabo para el podcast y las redes me salga mejor.

Nada más, ni nada menos.
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viernes, 23 de febrero de 2024

Publicado en febrero 23, 2024 por admin con 0 comentarios

Esa melodía yo la conozco...

Y sí, obvio que la conocía.

La venía escuchando desde el tiempo en que salí del colegio y me empecé a interesar por música popular más antigua, luego que empecé a abandonar la música de moda (hubo una radio que constituyó en sí el furor y el acabose para mí de la música de moda, pero que, sin embargo, antes de yo abandonarla, me gatilló lo que vino después, pero ya habrá tiempo para eso). Por ese tiempo conocí en un cumpleaños a quien terminara siendo una amiga demasiado especial... mientras duró. Y entre sus gustos musicales estaba el conjunto sueco ABBA. A ella le perdí la pista y es ya “parte del pasado”. Pero esa época post enseñanza media y entrando a la universidad, en que buscaba nuevos artistas de cabecera para escapar del hoy, terminó por ampliarme el abanico de gustos y formar al melómano (o aspirante a tal) que soy ahora.

No recuerdo cuando chico que hayan usado en Chile un tema de ABBA en un comercial (y si lo vi, lo olvidé). Pero ahora que arranqué por un rato y me empezó a interesar lo que se hizo por acá en términos de cultura pop (y todo lo posible de meter dentro), me puse a revisar réclames antiguos de acá.

En 1977, ABBA publicó su disco “The Album”, de donde salieron Take A Chance On Me y, pongámonos de pie, Thank You For The Music. Pero ese disco también tenía temas más quitados de bulla, como Move On. Y a mi kokoro fan le hizo feliz toparse por fin con un comercial que usó la misma pista del tema original Move On (no regrabado) pero con otra letra, para poder hacer referencia al producto, en este caso, un shampoo. Y, más que eso, qué bien quedó el réclame con la música de los ABBA.

Y así, finalmente, escuché un tema de ABBA en un réclame de época. 

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